Washington D.C. – El frío y lluvioso jueves 15 de diciembre en Washington D.C., se convirtió en una noche tambores y cantos tradicionales, gracias al concierto de Bullerengue del grupo colombiano basado en Nueva York, Bulla en el barrio. La muestra musical, incluyó una explicación sobre el origen, las características de los instrumentos y el significado cultural del género, al tiempo que interpretaban sus piezas musicales.
El grupo Bulla en el barrio tiene sus raíces en 2014 cuando un grupo de mujeres cantaban y bailaban ritmos tradicionales de Colombia en el Central Park de Nueva York. El grupo se fundó finalmente en 2015 por Carolina Oliveros, como un colectivo comunitario, buscando recrear la esencia participativa de la rueda de bullerengue, posteriormente, esta iniciativa se expande y se convierte en un semillero que busca llevar el bullerengue a otros espacios culturales estadounidenses.
A lo largo de los años, este colectivo se ha dedicado apasionadamente por visibilizar el género del bullerengue, logrando iniciar un proceso que ellos denominan “Bullerengue Transnacional” buscando generar conexión y visibilidad a los maestros bullerengueros y han logrado traer a Estados Unidos al maestro Emilsen Pacheco de San Juan de Urabá y a Darlina Sáenz, junto con Andrea Villalobos de Necoclí, Antioquia, grandes representantes colombianos del género musical.
Con la presentación de Bulla en el barrio, la Embajada de Colombia ante los Estados Unidos, haciendo uso de la herramienta de diplomacia pública del Plan de Promoción de Colombia en el Exterior, resaltó la región del Urabá y El Darién, donde hoy en día suceden los flujos migratorios en el país; y con esto elevar el mensaje de propender porque la migración se entendida como un tema regional que debe ser atendido bajo el principio de responsabilidad compartida entre las comunidades expulsoras y las receptoras.
Esta idea fue compartida desde el escenario con los asistentes, entre los que se encontraban miembros del cuerpo diplomático acreditado en Estados Unidos, funcionarios de Organizaciones Internacionales con oficinas en Washington D.C., miembros del Congreso norteamericano y sociedad civil, donde también se exaltó el papel de los migrantes en las comunidades receptoras, toda vez que los migrantes son parte de la riqueza, en forma de capital humano y social que contribuyen a la sociedad, la cultura y la economía local.
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